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El lugar y su historia

En 1916 fue inaugurado en Rosario el edificio de la Jefatura Política y Cuartel de Bomberos,  para uso del poder político, la policía y el cuerpo de bomberos. Luego, se instaló allí la Jefatura de Policía de la Unidad Regional II.  Desde su fundación, en algunos períodos el edificio funcionó como un ámbito donde se ejercieron diferentes estrategias represivas, de las cuales no existe una historización precisa que dé cuenta de su instrumentalización.        

 

Desde finales de 1974, el sótano de la Alcaidía fue ocupándose  por detenidas en carácter de presas políticas y en el marco del golpe de Estado de 1976, en marzo de ese año, el Servicio de Informaciones comenzó a operar como uno de los más importantes centros clandestinos de detención del país. 

Dentro de este gran edificio ubicado en pleno centro de la ciudad de Rosario, en una de sus esquinas, la de San Lorenzo y Dorrego, que es donde funcionaba el “Servicio de Informaciones”, se estableció un Centro Clandestino de Detención (CCD) que operó desde 1976 a 1979. Allí, se considera que funcionó el mayor centro clandestino de secuestro en la región bajo la órbita del Segundo Cuerpo de Ejército, durante la última dictadura cívico militar. Se estima que allí estuvieron secuestradas alrededor de 2000 personas (algunas de ellas embarazadas), perseguidas por su militancia política, social, gremial y estudiantil. Allí fueron torturadas, algunas asesinadas y en muchos casos esas personas  permanecen desaparecidas.

En el CCD - SI existían, básicamente, tres niveles: 

  • un primer piso, donde se encontraban las oficinas y la sala de torturas;

  • un entrepiso, llamado La Favela, donde permanecían los detenidos mientras se decidía su destino;

  • un subsuelo donde las víctimas ya no estaban vendadas, accedían a un baño y a una cocina y, según muchos testimonios, tenían la sensación de estar más cerca de la  vida que de la muerte; no obstante, muchas personas que estuvieron allí fueron asesinadas o desaparecidas. Las víctimas eran secuestradas generalmente de noche y llevadas vendadas al SI en donde se las sometía a interrogatorios bajo torturas de diversos tipos durante varios días, por un grupo integrado por policías de la provincia y civiles, que actuaba bajo el control operacional del Comando del II Cuerpo del Ejército.

Este grupo, que realizó numerosas privaciones ilegítimas de la libertad, desapariciones,  torturas físicas y psicológicas, homicidios, en algunos casos violaciones y en muchos otros el saqueo de las viviendas de las víctimas, respondía al mando del entonces Jefe de Policía de Rosario, Comandante Mayor de Gendarmería Nacional Agustín Feced. Seguido en la estructura represiva por el Jefe del SI, cargo ocupado alternativamente por los oficiales Juan José Saichuk, Hugo Diógenes y Raúl Haroldo Guzmán Alfaro, quien se destacó por su mayor participación y crueldad. Entre otros, algunos de los represores que participaron activamente fueron Roberto Pedro Scardino, Felipe José Orefice, José Rubén  Lofiego (alias El Ciego) y Mario Alfredo Marcote (alias El Cura). 

De las personas detenidas allí, los hombres que eran legalizados se trasladaban a la Unidad 3 (Ricchieri y Zeballos) o a la cárcel de Coronda y las  mujeres al sótano de la Alcaidía y posteriormente trasladadas a la cárcel de Devoto.

Luego de un largo tiempo, ya en democracia, diferentes Organismos de Derechos Humanos comenzaron a movilizarse para recuperar ese espacio por el cual, en muchos casos, habían estado detenidos sus familiares. Luego de idas y vueltas a través del Decreto 0717 del 9 de mayo de 2002 el Gobierno de la provincia de Santa Fe crea el Centro Popular de la Memoria a quien cede por diez años el espacio en donde funcionó el CCD - SI.

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